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Incluye referencias bibliográficas y webgrafía

Consideraciones preliminares para el abordaje de la problemática de pobreza y su confrontación: Algunas generalidades y particularidades en América Latina. -- Confrontación de la pobreza como elemento componente de la política social. -- Modelo neolibreal, pobreza y políticas para su confrontación de la pobreza. -- Estancamiento y reversión en la dinámica de las tasas de pobreza en América Latina 2010-2019.

Los Programas de Transferencia Monetarias Condicionadas (PTMC), establecidos en América Latina para confrontar la pobreza, registraron veinticinco años e existencia al finalizar la segunda década del siglo XX. Si bien, al 2010 la reducción de los indicadores de pobreza despertó cierto entusiasmo por tales Programas, la realidad que posteriormente plantea el revertimiento de tal tendencia, pone de manifiesto la precariedad de su alcance y revela un inoperante accionar para el logro del que hoy se inscribe como objetivo prioritario en la agenda 2030 de la ONU. Los PTMC, implementados en Brasil hacia 1995, fueron replicados en otros países de la región donde, con el beneplácito del Banco Mundial, se articularon al patrón económico neoliberal a finales de los noventa.
520 3 _aTras la crisis de fin de siglo, la tasa de pobreza muestra un ininterrumpido descenso hasta 2012, año en que se estanca, antes de iniciar, en 2015, un persistente aumento; la favorable situación inicial pudo suscitar simpatías por loos PTMC, aunque sectores académicos y organismos multilaterales tuvieron la prudencia de no explicarla a expensas de los Programas, en tanto, la creciente pobreza de los años siguientes demuestra su ineficiencia, principalmente ante el riesgo que plantea la incertidumbre de los ciclos económicos. A finales del 2019, a diferencia de siete años atrás, la evidencia señala el carácter meramente paliativo de los PTMC que, funcionales al moelo neoliberal de acumulación y ajenos a una verdadera política social por definición previsiva, obran de manera residual, así se reconoce en las afirmaciones de organismos internacionales que los han apologizado, p.ej.: Los PTMC han sido inequívocamente efectivos en incrementar el consumo de los hogares beneficiarios, así como en reducir la incidencia y, especialmente, la intensidad de la pobreza y la desigualdad (BID, 2017, p.2). Según esto, el gran logro de los Programas han sido ampliar el consumo, excelente noticia para el modelo económico de mercado, pero ¿y la pobreza?, queda claro que se busca es reducir su incidencia e intensidad, no disminuir el número de personas inmersa en esa condición, mucho menos erradicar el flagelo, ¡no! de lo que se trata es de matizar sus ,manifestaciones más acuciantes. Al despuntar el año 2020, la preocupación por la exigua acción de los Programas antipobreza se acrecienta por cuenta de la pandemia del Covid-19, sus efectos trascienden hacia la economía y agudizan el flagelo social, por lo que con mayor urgencia se requiere que la mezquindad residual de las PTMC de paso a una política estructural de protección social previsiva, que neutralice los efectos de los ciclos económicos críticos, propenda por una genuina confrontación de la pobreza mediante acciones encaminadas a la reducción sustancial del número de personas que revisten la condición de pobre y, comprometida socialmente, garantice dignidad para las mayorías, en la perspectiva de construir una sociedad sin desfavorecidos. (Tomado de la fuente).