Incluye índice general.

I. La declaración de la propia parte. -- II. El juramento estimatorio. -- III. La confesión. -- IV. EL testimonio. -- V. La prueba documental. -- VI. La prueba por informe. -- VII. El dictamen pericial. -- VIII. La inspección judicial. -- IX. La prueba indiciaria.

Estos ensayos tienen el confesado propósito de derruir ciertas máximas edificadas para que el juez no conociera, a su manera, sino de la manera como el príncipe quería que lo hiciera: ¡nadie puede hacer prueba con su propio dicho!; ¡no escuches a un niño, porque su declaración no es fiable!; ¡las copias son eso, meras reproducciones que carecen de valor probatorio!; ¡el mejor dictamen es el que rinde un perito designado por el juez!; ¡duda del testigo si las partes no dejaron rastro documental de la obligación! Vaya pléyade de prejuicios, Romper con ellos os harás libres. Porque el mundo de hoy no es el de ayer; porque vivir el pasado es una distorsión del espíritu; porque el derecho aunque por naturaleza tardío debe acomodarse a las nuevas realidades, y porque siempre será mejor reflexionar que reproducir, trataremos de evidenciar que las partes tienen derecho a ofrecer su versión, porque suyo es el derecho humano a ser oídas; que la persuasión racional, bajo las reglas de la sana crítica, no tolera la existencia de inhabilidades por credibilidad; que las cuestiones relativas a la autenticidad de los documentos y el valor probatorio de las copias, hace rato que fueron determinadas por la tecnología; que el conocimiento científico, técnico y artístico excluye los oligopolios, y que un buen testimonio no depende solo del conocimiento del testigo, sino también de las habilidades del interrogador. Hablaremos, pues de los medios de prueba, y lo haremos, claro está, desde la perspectiva del Código General del Proceso.